La pila bautismal de la Parroquia de San Andrés es un bello ejemplo románico de este elemento litúrgico. Es probablemente del siglo XIII, de piedra de granito, de grandes dimensiones puesto que está pensada para el bautismo por inmersión, y presenta la peculiaridad de contar con una tapa de madera que, si bien no es la original (puesto que se data en el siglo XVI), constituye el único testimonio de este antiguo elemento en la ciudad, y uno de los pocos en Castilla y León.
 

En la pared trasera del baptisterio se ubica una pintura que constituye un interesante testimonio de la Semana Santa segoviana durante el barroco. En él se representan las imágenes titulares de la Esclavitud de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Sepulcro de Cristo, que tenía su sede en el Hospital de San Juan de Dios, sito en la Calle Desamparados. Estas imágenes salían en procesión por las calles de Segovia durante la noche del Viernes Santo. La procedencia de este cuadro es desconocida, puesto que podría haber pertenecido tanto al desaparecido Convento de la Merced como al citado Hospital de San Juan de Dios. Completan la decoración de esta capilla dos lienzos barrocos. El primero de ellos representa la Conducción del Cuerpo de Cristo al Sepulcro. El segundo es una adoración del Santísimo Sacramento por parte de los ángeles que debió pertenecer a la hoy desaparecida cofradía sacramental de San Andrés. A pocos metros del baptisterio, nos encontramos con el ya aludido retablo de Santa María de Cervellón (procedente del desaparecido convento de la Merced), que se encuentra inserto en un antiguo arcosolio funerario.