Cortejo y Enseres procesionales
Los cortejos procesionales de Semana Santa de la Feligresía se abren siempre con la Cruz de guía de madera con adornos en dorado donada por un feligrés en el año 2017 acompañada por dos faroles de cristal.
Seguidamente se ordenan, portando antorchas en dos filas paralelas, los feligreses ataviados con el hábito de capuchón de la Feligresía compuesto por una túnica negra mate, de hechura sencilla. Se ciñe a la cintura mediante un cordón o cíngulo de algodón blanco. El primer año fue ceñida por una banda blanca mate, pasándose en los posteriores al cíngulo. El capuchón va sin armar, del mismo material que la túnica y lleva bordado a mano, en hilo blanco, el escudo o emblema parroquial, es decir, una Cruz en aspas coronada. Se completa el traje de capuchón con los tradicionales guantes blancos. Todos los trajes que acompañan al Santo Cristo son iguales, sin distinción alguna. De resaltar algo de él, la sencillez y austeridad. Sin embargo, los miembros de la banda de cornetas y tambores, para el Miércoles Santo, cambian el bordado blanco por color oro y los componentes de viento la caperuza por capucha.
Entre las filas y antes del paso, diferentes feligreses portan el estandarte de la Feligresía con el escudo parroquial bordado a mano en seda blanca, el farol, incensario y naveta de plata del S.XVI y la cruz procesional de plata, también del S. XVI, a la que acompañan dos ciriales plateados de factura reciente.