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Exterior de San Martín 

Reconquistada definitivamente Segovia, comenzó la restauración de las parroquias, que antes habían existido, y la construcción de otras. En la parte Norte de la zona amurallada surgieron muchas parroquias, cuyas torres ayudaban a la defensa de la población, sirviendo de baluarte y atalayas.
En intramuros la parroquia más importante fue la de San Martín; tenía ya su biblioteca para uso de los feligreses, cosa poco frecuente entonces. Entre ella y la de Santa Columba, que era la principal de extramuros, se repartían lo más de la calle real.

 

Como subsistía el viejo recinto mozárabe de San Martín, se imponía hacer una ampliación adaptada a los nuevos tiempos; asi surgieron las construcciones románicas entre los siglos XII y XIII Y aún posteriormente, en la supervivencia del estilo que imperó en la ciudad.
Lo más primitivo románico es la cabecera, a modo de crucero, con su cimborrio y tres ábsides. Después fueron surgiendo la torre, los atrios, y el "nartex" ante la puerta principal. Con el tiempo el templo fue complementado con elementos góticos y barrocos, como después veremos.

 

- EL CRUCERO Y LOS ABSIDES


Adosado al primitivo recinto, se edificó el cimborrio y los dos brazos del crucero. Interiormente no es fácil estudiarlo por estar aún encalado. No obstante, es patente que el cimborrio octogonal se asienta sobre trompas, y lleva una bóveda de nerviatura arábiga, como en la iglesia de San Millán, y que con aquélla constituye un valioso ejemplar morisco.
Exteriormente el cimborrio presenta en el alero del tejado una moldura barroca; pero las últimas restauraciones han dejado ver, debajo de ella, los restos de los canecillos románicos que allí hubo, e incluso se ha rehecho alguno de ellos. Los brazos del crucero conservan exteriormente sus canecillos románicos.
Como muchas partes de esta construcción reseñada son de la-drillo, cabe suponer que la bóveda del cimborrio sea también de la-drillo, lo que acentuaría su interés el día que se descubra.
Del ábside principal del templo tan sólo queda su parte recta exteriormente con sus canecillos. Interiormente, cubierta como está de grandes lienzos y empapelado barroco y gran cornisa de ye-so, nada muestra de sus líneas románicas. Cabe suponer que allí se ocultan elementos muy valiosos e incluso una arquería doble, como en San Millán.


En realidad lo que desapareció del abside principal es solamente la parte semicircular, sustituida por la cabecera rectangular; es decir, que el espacio que se ganó con la ampliación del presbiterio fue muy escaso, y se reduce sólo a la pequeña diferencia existente entre un rectángulo y una semicircunferencia. Bien poco, ciertamente, a cambio de la pérdida de lo que pudo ser el ábside más bello de Segovia, a juzgar por la estructura románica de San Martín que se ha conservado y que debió de ser allí pieza capital.
Dominica Contreras supone que la hermosa cristalera del siglo xvI que últimamente se mandó restaurar en Segovia, fue también de dicho ábside. En el estudio que realiza Víctor Izquierdo Alcaide, sobre "La Vidriera del Renacimiento de Segovia, año
1970. (Iglesias Románicas y antigua Catedral) dice: En la Parroquia de San Martín existían las vidrieras que representan "La Crucifixión y San Martin dando la mitad de su capa a un pobre""Es interesante notar, que, en una época en que se había perdido la tradición y estimación de la Vidriera, en Segovia este lenguaje tenía todavía validez. Si se tiro el antiguo ábside románico, las vidrieras se conservaron". «Las dos Vidrieras son alargadas y rematadas en forma de arco de medio punto, según la estructura de los vanos de la arquitetura románica". «Ambas Vidrieras... se explican muy bien por el lugar que ocuparían en la Capilla Mayor de la Iglesia" «En cuanto a su autor sabemos que en 1579 se pagan a Juan de  Navarrete las Vidrieras que hace para esta Iglesia".
Esperamos que estas Vidrieras, sean reintegradas a esta Parroquia para ser contempladas y admiradas por sus feligreses.

 

- ÁBSIDES LATERALES


El ábside lateral derecho tiene exteriormente dos bellos ventanales, y, por bajo, una arquería muy semejante a la que presentan interiormente los ábsides de las parroquias de la Sma. Trinidad y de San Millán.
El conjunto aparecía sumamente mutilado desde que en el siglo xvIII se adosó una sacristía, hoy ya inexistente.
El ábside izquierdo es más sencillo, aunque también presenta exteriormente iniciada una arquería bajo los ventanales. Exterior mente está en parte soterrado, debido al desnivel del terreno, y en parte está oculto por construcciones posteriores adosadas y pareas tener un ventanal tapado.


- TORRE


En realidad, hasta hace muy pocos años, se ignoraba que fue se mudéjar, ya que estaba cubierta por encalado. Primitivamente pudo tener por remate un tejadillo a las cuatro aguas. El actual chapitel fue colocado a mediados del siglo XVII y hubo de ser reparado y aun rehecho en diferentes ocasiones, según datos del archivo parroquial: "En 1669 hubo que gastar en su reparación 1600 reales y22 maravedies. En 1702 se gastaron 206 reales, en 1717 se gastaron 330 reales, en 1723 se gastaron 200 reales y en la Catorcena de 1724 fue preciso renovarlo todo tomando a préstamo para ello una buena parte del trigo de la Alhóndiga parroquial. En 1907 hubo que repararlo y en los últimos años fue rehecho en su totalidad restándole belleza, por no haberse rehecho la barandilla que tenía, y los otros elementos que le realzaban.
El 13 de octubre de 1749 un rayo destrozó parte del capitel, y afortunadamente se salvó el templo, que pudo ser también destrozado. Por tal motivo tres días más tarde tuvieron lugar en el templo solemnísimos actos religiosos, en los que actuó la capilla de música de la parroquia de Santa Columba. La reparación del chapitel y tejados del templo costó 1637 reales y 18 maravedies. Durante bastantes años se continuó celebrando en el templo una función eucarística recordando la centella que estuvo a punto de arruinar el templo.
Va montada la torre, como se lleva dicho, en el centro del edificio mozárabe, sobre sus cuatro pilares. Tiene tres cuerpos: Los dos primeros con ventanas geminadas con columnitas de piedra y capitelitos labrados. El último cuerpo lleva en cada cara cuatro ventanas con arcos doblados. Los cuerpos van separados por cornisitas de ladrillo, de lo que es la totalidad de la torre. Pertenece a la primera mitad del siglo xII y puede relacionarse con el románico de ladrillo de Cuéllar y Arévalo.
El montar la torre románica sobre la primitiva construcción obligó a construir una escalera de caracol adyacente a uno de los muros exteriores hasta la altura de las bóvedas y, desde allí, pasando sobre ellas, se lograba subir a lo alto. Hoy con las últimas res-tauraciones, se ha modificado el acceso a lo alto de la torre, pero Forzosamente sigue haciéndose sobre las bóvedas mozárabes. La torre sufrió más tarde en 1660, con motivo de las revueltas ciuda-danas, ya mencionadas, pero fue fielmente reedificada.

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